DE LA TIERRA A LA LANA
Es la época en que uno vuelve a sacar pullóveres, camperas, bufandas. La lana vuelve a abrigarnos como una especie de madraza que nos acobija. Uno apenas asoma los ojos entre el emponchado invernal como si fuera una especie de francotirador dispuesto a asesinar a cualquier inocente transeúnte a estornudos y contagiosos virus.
Somos caminantes lunares de nuestra autobarricada buscando aislarnos de lo que nos circunda. En los cines, en los recitales, en los bares no sólo nos pasamos media sacándonos cosas sino que auténticamente entramos en una denonada lucha por la silla para ubicar todas las prendas extras que no son necesarias en los lugares calefaccionados.
Tranquilos. El alanizaje nos espera. Una vez que Crónica arranque su cuenta regresiva sabremos que podemos volver al planeta de los pechos turgentes, los culos lindos y la piel bronceda. Pero es cuestión de esperar. La órbita lanar recién nos ha capturado.
Txt: Rodrigo Sabio.
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