3.7.08

Revista LAST #28

Año 3, Nº28, ago-sept 2007. MdP, Arg.



GRANDOTE BOLUDO

Madurar en la actualidad no es fácil. Nuestras madres nos recuerdan todo el tiempo que ya no somos chicos pero en algún punto nos siguen tratando de esa manera. A los 18 años tenemos edad para ir a una guerra pero no para comprar una casa. Nickelodeon tiene su segmento adulto y comprar los huevos Jack con los personajes de los Simpsons es una tentación irresistible.
Estamos en los tiempos del Síndrome de Peter Pan, donde es aceptado que nos neguemos a crecer. El I-pod, el Blackberry, el GSM, el pendrive, el mp4 y hasta el plasma son los chiches de los hombres nacidos post revolución de los Baby Boomers. Y por el lado de las chicas seguirán con su fascinación por Pukka, Hello Kitty, los millones de accesorios, las inyecciones de bótox, sus perfiles de chica Cosmo y sus berretines de una vida en el permanente umbral entre la adolescencia y la adultez al estilo Sex and the City.
Sabemos que el día del niño es en parte nuestro día. Seremos grandotes boludazos viviendo el sueño de que no pasó lo que pasó y que la historia sigue tal cual como un personaje de Underground de Kusturica. Pero también sabemos que darnos el gusto por un rato de pensar en un tiempo en el que no teníamos que preocuparnos tanto, no es tan malo. ¿O será otra prerrogativa inmadura para no hacernos cargo? Bueno, si me dicen hago puchero, pongo cara de culo y me encierro en mi habitación.

Txt: Rodrigo Sabio.


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